Ópera fantasma
Nada tengo.
Nada me pueden quitar.
Soy el ex-extraño,
el que vino sin ser llamado
y, gato, se fue
sin hacer ningún ruido.
°°°
Contranarciso
en mí
veo al otro
y a otro
y a otro
en fin decenas
trenes que pasan
vagones llenos de gente
centenas
el otro
que hay en mí
eres tú
tú
y tú
así como
estoy en ti
estoy en él
en nosotros
y sólo cuando
estamos en nosotros
estamos en paz
aunque estemos a solas
°°°
aún
a la edad
de ya ser
yo mismo
aún
confundo
felicidad
con este nerviosismo
°°°
entre la deuda externa
y la duda interna
mi corazón
comercial
alterna
°°°
un día
uno iba a ser homero
la obra nada menos que una ilíada
después
viendo el paquete
alcanzaba para ser un rimbaud
un ungaretti un fernando pessoa cualquiera
un lorca un éluard un ginsberg
por fin
terminamos siendo el pequeño poeta de provincia
que siempre fuimos
por detrás de tantas máscaras
que el tiempo trató como flores
°°°
un poema
que no se entiende
es digno de nota
la dignidad suprema
de un navío
perdiendo la ruta
°°°
un buen poema
lleva años
cinco jugando futbol
más cinco estudiando sánscrito,
seis cargando piedras,
nueve de novio con la vecina
siete de puros golpes
cuatro andando solo
tres mudándose de ciudad,
diez cambiando de tema,
una eternidad, tú y yo,
caminando juntos
°°°
El náufrago náugrafo
la letra A se
hunde en el A
tlántico
y pacífico con
templo la lucha
entre la rápida letra
y el océano
lento
así
hondo fundo
y me hundo
de todos los náufragos
náugrafo
el náufrago
más profundo
°°°
Gracias, Rodolfo!
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